Autor: Fed. "Virgen del Carmen"

A Fray Miguel de María, ocd (Márquez Calle), nuestro hermano. En Roma, nuestros hermanos descalzos, los hijos de Teresa de Jesús, pudieron reunirse por fin, porque hora era de tomar pulsos, afilar esperanzas, equilibrar caminos, y reemprender la marcha… Nuestro Capítulo General es un momento de Gracia y Comunión, de sabernos Hermanos, Familia… Es tiempo de cambio, de pasar el testigo, de gratitudes y de cantos nuevos…   P. Saverio Canistrá, ocd. Fray Saverio Cannistrá, ese carmelita descalzo, mi hermano sencillo de sonrisa limpia y ojos de niño grande, nos ha guiado estos años atrás con su palabra llena de sabiduría, su consejo oportuno, su corazón orante donde tod@s hemos tenido lugar propio… ¡GRACIAS, Padre Saverio! Y de España, de esta Provincia nuestra, asoma –bien agarrado a la mano de la Reina del Carmelo- este fraile tan nuestro, tan de todos, con los pies gastados en sus viejas sandalias por no esquivar ires y venires para apoyar, consolar, estar, escuchar o, simplemente, apretar tus manos en momentos donde las palabras no fueron posibles… Hermano, Padre,...

¿Quién nos separará del amor de Dios? Viendo el caos violento que hay en el mundo, el sufrimiento de tantos inocentes, llegó a mi corazón esta palabra y pienso que ni siquiera nosotros mismos, por decisión propia, nos podemos apartar del amor de Dios, pues el amor es suyo y siempre está ahí para amarnos, para acariciar nuestros dolores. Aunque muchas veces sentimos tanta impotencia frente a muchas situaciones de la vida y, ciertamente, no podemos hacer “nada”; pero experimentar esta impotencia para mí es bueno, es cuando vemos que no somos más que criaturas que necesitamos de Otro para sostenernos. Y ni siquiera esta impotencia nos aparta del amor de Dios. Pensaba en tantas personas que dicen: “no pierdas el tiempo conmigo, yo no quiero saber nada de Dios”. Arreglan maletas y marchan hacia ninguna parte… Aun así, este buen Dios los sigue amando y le duele ver cómo nos destruimos buscando sin saber qué. Y es que a Dios nadie puede impedirle que ame infinitamente. Arreglan maletas y marchan hacia ninguna parte… El saberse amado...