En el libro de las Fundaciones:
- Del Padre Fray Juan de la Cruz (ninguna prueba había menester) siempre había hecho vida de mucha perfección y religión. (13,1).
- Él era tan bueno, que al menos yo podía mucho más aprender de él que él de mi. (13,5)
En sus Cartas:
- Todos le tienen por santo, y todas, y creo que no se lo levantan, en mi opinión es una gran pieza. (16 enero 1578).
- ¡No merezco tanto como fray Juan de la Cruz para padecer tanto! (fines octubre 1578).
- Cuán sin razón se queja, pues tiene allí a mi padre Fray Juan de la Cruz que es un hombre celestial y divino, (…) Certifícolas que estimaría yo tener aquí a mi padre fray Juan de la Cruz que de veras lo es de mi alma. (noviembre-diciembre 1578).