El pasado sábado 10 de febrero, partió a la casa del Padre nuestra hermana María Guadalupe del Espíritu Santo, carmelita descalza del Monasterio del Santísimo Corpus Christi y San José de Cádiz.

Justo antes de rezar laudes, a las 6:55 de la mañana fue, de la mano de la Virgen, a cantarlos al Cielo. Descansa en paz con el Esposo que amó toda su vida. Su capilla ardiente en nuestro coro recibió a lo largo del día la visita de numerosos amigos, parientes, bienhechores y sacerdotes que han rezado a Dios por su alma y ofrecido algún responso, destacando la presencia de D. Rafael Zornoza, nuestro obispo, en la santa misa del sábado.

Su misa funeral se celebró el domingo 11, día de Ntra. Sra. de Lourdes, a las 10:30 horas en la capilla de nuestro monasterio con gran número de personas que querían a nuestra hermana y a esta comunidad y que llenaron la iglesia. Presidió la Eucaristía el Padre Serafín Galindo OCD, prior de los PP Carmelitas Descalzos de San Fernando, acompañado de otros frailes carmelitas, además de nuestro capellán, p. Servando Rojas, el delegado episcopal para la Vida Consagrada, p. José Manuel Pozas SDB y el diácono Carlos Cámara. En su homilía, el p. Serafín quiso destacar la belleza de la vida consagrada y de los tres votos que nuestra hermana profesó durante tantos años con fidelidad y amor incondicional; también su gran amor a la Eucaristía y la comunión diaria, que no dejaba de esperar aún en sus últimos días; y su devoción por la Santísima Virgen bajo su advocación Lourdes.

Reseña biográfica (19.5.1922 – 10.2.2018)

La Hna. Guadalupe ha sido uno de los puntales fuertes para la continuidad de este Carmelo gaditano, con su oficio como confitera que endulzó la vida de muchos gaditanos y su trabajo incansable para la venta de los dulces ayudó a sufragar la construcción de la actual capilla de la plaza Argüelles. Lo mismo se puede decir de los casi 27 años de su vida que pasó en el Carmelo de Tánger. Ella dentro de la vocación de carmelita descalza sintió una llamada especial a entregar la vida en ese Carmelo misionero que ora y da culto a Dios en tierra del Islam y que estaba pasando necesidad. Allí sus manos hábiles y laboriosas también ayudaron a levantar aquella comunidad.

Hna. Guadalupe, en el siglo Isabel Salas Romero, nació el 19 de mayo de 1922 en San Roque. Niña inquieta y trabajadora, de carácter emprendedor y generosa. En su juventud ayudó mucho a los pobres y pescadores de la zona, especialmente como enfermera, muchas veces caminando kilómetros para ir a poner alguna inyección. También cooperó en la reconstrucción de la parroquia de San Hiscio en Puente Mayorga (San Roque) donde también profesó una profunda devoción a Ntra. Madre Santísima del Carmen. A ella, el párroco le encomendó preparar el primer Sagrario que tuvo la nueva capilla y cuidar de la lamparita de aceite, cosa que hacía con celo amoroso y dedicado.

Descansa ahora adorando a Dios para la eternidad, esta alma valiente y buena, después de peregrinar 95 años en la tierra, de los cuales 60 fueron consagrados a Dios como Carmelita Descalza. Nos ha dejado, como dice el Evangelio: “y la casa se llenó del aroma del perfume”. Tenemos una paz dulce y una felicidad profunda. Su «presencia» perdura entre nosotras como un suave olor. Estamos muy satisfechas por como transcurrió el paso de nuestra hermana de este mundo a la vida eterna, la mano de la providencia se ha notado en todo momento y la oración, cariño y cercanía de nuestros conocidos, familiares y amigos ha sido un bálsamo. Estamos muy agradecidas con Dios por lo mucho que la gente ha querido a nuestra hermana Guadalupe y a nuestra comunidad.

Carmelitas Descalzas de Cádiz

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