El amor del Señor por siempre cantaré, de edad en edad, su lealtad, anunciará mi boca. (Sal 89)

El dia 19 de Marzo Solemnidad de San José celebré 25 años de consagración a Dios en esta comunidad de Carmelitas Descalzas de San Fernando, Cadiz. La víspera por la tarde se celebró la Eucaristía de acción de gracias y renové los votos al Señor. Con qué gozo y agradecimiento dije de nuevo sí a su llamada. Todo resulto muy hermoso, aunque no busqué el que fuera una celebración tan solemne, al contrario todo lo pensé sencillo, recogido y en ambiente de familia, pero todos se volcaron. Fue un día muy feliz.

Me sentí muy acompañada por mi familia y amigos, sacerdotes muy queridos de la comunidad y por mi familia grande que son nuestros padres carmelitas y las hermanas de la Federación, especialmente las que asistieron a la celebración de Cádiz y Sanlúcar de Barrameda, que son las dos comunidades mas cercanas y que se encargaron del canto.

«El amor del Señor por siempre cantaré» así comenzaba el canto de entrada. Solo puedo dar gracias al Señor y cantar su misericordia y fidelidad, su Amor, que me ha hecho la persona mas feliz del mundo. Cómo podré agradecer bastante el regalo de haberme elegido para seguirle, para vivir en El la Comunion en su Vida, en esta familia religiosa tan preciosa, esta Orden de la Virgen nuestra Madre. También di gracias a Dios por mi familia, especialmente mis padres que desde el principio tanto han valorado mi vocación y siempre me han apoyado, mi hermana; y también por mis hermanas de mi comunidad preciosa, de mi Carmelo de San Fernando y por todos los que me han ayudado en mi camino estos años.

Despues de estos 25 años me siento muy lejos de haber correspondido a su Amor como Él merece pero así voy comprendiendo por experiencia que no puedo responder desde mis fuerzas sino desde Él, desde su Gracia, con fe y confianza, puesta en sus manos. No somos nosotros los que lo hemos elegido, sino que Él nos ha elegido y nos ha destinado para que demos fruto; un fruto en el que se manifiesta su acción y en el que brilla su obra no nuestras cualidades. Así, unida a la Virgen quiero seguir caminando y decir en este si de cada día, cada día más bonito:

«Aqui está la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra»

Me encomiendo a vuestra oración. Gracias a todos.
Raquel de la Trinidad.

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